Dos iguales.

-Hola! Muy buenos días.
-Muy buenos días a ti también.
-¿Llevas mucho rato esperando?
-No. Acabo de bajar.
-Bueno menos mal...Ya pensaba que te ibas a enfadar por mi tardanza. Pero es que han venido de visita mis padres y ya sabes como son.
-Tu tranquilo, ya sé como son jajajaja.
-Bueno y que me cuentas...
-Poca cosa la verdad. No pasa nada interesante.
-¿La has visto hoy?
-Sí.
-Yo también, esta mañana en el jardín. Estaba sentada junto al manzano.
-Yo la he visto también mientras paseaba. Estaba bastante triste hoy, no ha querido hablar conmigo cuando me he acercado.
-Sí la verdad es que hoy la he visto abatida. Normalmente viene verme pero creo que hoy no ha querido por mis padres.
-Ya... No quiere estar con ellos...solo contigo.
-Y contigo también. Me contó vuestra conversación del otro día. Estaba contenta por hablar con alguien más.
-Sí...Se sorprendió cuando me acerque para conversar con ella. Estaba bastante aburrida esperando a que te dejarán bajar y fuimos a dar un paseo juntas por el jardín. Me contó como os conocisteis, vuestra historia de amor, bueno también hablamos de ti. Espero que no te enfades.
-Como me voy a enfadar mujer, no pasa nada. Me alegra de que os hayáis conocido y que seáis amigas. Siempre estaba aquí sola y me daba pena. Ahora sé que tiene a alguien más.
-¿Qué te han dicho tus padres?
-Nada...Lo de siempre...No cambiarán de idea.
-Ellos no son capaces de comprenderlo. Nunca llegarán a entender.
-Nadie llegará a entendernos nunca. Somos raros jajajaja
-Si raros, raros. Jajajaja. Oye...una cosa...
-Dime.
-¿Sabes por qué hoy se la ve tan triste?
-Creo que al ver a mis padres le han venido esos recuerdos tristes.
-Ya... pobre. No debe ser nada fácil para ella esta situación.
-No. Sufre bastante. Aunque me diga que lo lleva bien, que no hay ningún problema yo sé que no es cierto. Lo veo en su mirada. Sus ojos están tristes. No brillan como antes. Solo estamos nosotros dos para hablar con ella. Nadie más. Nadie le hace caso.
-Ya...La verdad yo también me sentía sola. Hasta que os conocí, esto era bastante aburrido y solitario. Bajaba hasta el jardín por no estar siempre encerrada viendo la tele.
-¿No ha venido tu marido hoy?
- No. No ha querido. No creo que venga más por aquí.
-¿Y eso?
-Me han llegado por carta los papeles del divorcio.
-¿Papeles? Como es eso. La semana pasada lo vi muy contento y feliz.
-Creo que era para exculpar sus culpas. Por eso vino. Pero no fue lo suficientemente hombre como para decírmelo a la cara. Fue cobarde. Me envió los papeles con una nota.
-¿Qué te decia en la nota? Si me lo quieres contar claro.
-Que lo nuestro se había acabado. Que lo perdonará. Que todo esto era muy difícil para él y que ya no aguantaba más.
-Así que se rinde sin más. No es capaz de creerte.
-Nadie nos cree. Nunca llegará el día en que nos den la razón
-Sí...Tienes razón. Pero por una parte puedo entenderlos.
-¿Cómo puedes entenderlos? Nos toman por locos. No nos creen. Nos han encerrado aquí.
-Míralo desde su punto de vista. Ellos no pueden verlos. No tienen este don especial. Son personas normales. No son como nosotros.
-Ya...Entiendo... Somos especiales.
-Claro. Nosotros podremos verlos aunque abandonen este mundo. Entonces nos creerán. Creerán en nosotros y comprenderán su equivocación.
-Pero nunca lograremos salir de aquí. Solo si mentimos y yo no estoy dispuesta a hacerlo.
-Ni yo. Prefiero estar aquí contigo. Prefiero que Sara pueda venir a verme cuando quiera hasta que se marche al fin por su camino . Lo prefiero. Porque ¿Como podré hablar con ella con normalidad fuera de aquí? Sería imposible. Quiero estar a su lado hasta que por fin este en paz y me deje para siempre. Así soy feliz. Aunque Sara se marche sé que tu también me entiendes.
-Como no voy a entenderte jajajaja. Yo también puedo ver los espíritus de los muertos.